En un acto público lleno de polémica, las disidencias de las Farc bajo el mando de ‘Iván Mordisco’ inauguraron un puente vehicular entre los municipios de El Tambo y El Patía, en el sur del Cauca. El evento, encabezado por alias “Faiber Rave”, integrante de la estructura Carlos Patiño, incluyó música, juegos pirotécnicos y la participación de menores de edad, lo que ha despertado críticas desde diversos sectores.
Alias “Faiber Rave” afirmó ante la comunidad que la obra fue financiada por los propios pobladores y destacó que su organización no ejerce presiones económicas ni extorsiones. “Somos campesinos como ustedes, con principios revolucionarios. Aquí no hay guerrilleros ricos”, señaló. El puente, según el grupo armado, busca beneficiar a las comunidades locales y enfrentar lo que califican como “la injusticia del Gobierno”.

Este no es el primer proyecto de infraestructura que las disidencias entregan en la región. Hace unas semanas, el mismo grupo inauguró otro puente en el Cañón del Micay, supuestamente en beneficio de más de 50 familias. Sin embargo, las autoridades han mostrado escepticismo frente a estas iniciativas, advirtiendo que detrás de ellas se esconden fines estratégicos relacionados con actividades ilegales.
El general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, condenó categóricamente estas acciones, señalando que las obras no son altruistas. “Estas carreteras y puentes son clave para sus operaciones ilegales, como el transporte de insumos para la minería ilícita y el narcotráfico. No son un apoyo genuino a la población”, aseguró el alto oficial.

Las entregas de infraestructura por parte de las disidencias de las Farc plantean un preocupante desafío para la institucionalidad. Aunque estas obras pueden ser vistas por las comunidades como un alivio ante la ausencia del Estado, fortalecen la legitimidad de grupos armados y consolidan su control territorial. El Gobierno debe redoblar esfuerzos para ocupar estos espacios con soluciones efectivas que deslegitimen el accionar de estos grupos. La presencia de menores en actos propagandísticos y la manipulación simbólica de necesidades básicas no pueden ser toleradas bajo ningún concepto.