César Gaviria Trujillo, expresidente de Colombia, fue reelegido como presidente del Partido Liberal con una aplastante mayoría de 582 votos de los casi 1,000 delegados presentes en la reciente convención. Su victoria representa un rechazo a la injerencia del petrismo, que impulsaba al exministro Luis Fernando Velasco como candidato alternativo. Este último solo consiguió 11 votos, reflejando la resistencia del partido a someterse al gobierno de Gustavo Petro y sus propuestas progresistas.

La convención, realizada en Cartagena, evidenció una clara división entre el liberalismo tradicional y la línea cercana al gobierno. En un momento, algunos asistentes manifestaron su desacuerdo gritando “fuera Petro”, subrayando el rechazo a la influencia del Ejecutivo en las decisiones internas de la colectividad. Este episodio ocurrió después de que Gaviria manifestara su intención de mantener al Partido Liberal como una entidad independiente, marcando distancias con las reformas sociales impulsadas por Petro y su coalición en el Congreso.
Por su parte, el presidente Petro calificó la situación como “muy lamentable” y cuestionó en redes sociales el rumbo del partido. Para Petro, la falta de unidad dentro del liberalismo debilita las bases del “cambio” que su administración promueve, señalando que “las luchas de intereses personales” han afectado al Partido Liberal y su capacidad de representar los intereses de la sociedad.

La victoria de Gaviria pone en relieve una tendencia de los partidos tradicionales a replegarse en sus estructuras internas para proteger su independencia política frente al gobierno. Esta estrategia, sin embargo, también implica un reto, pues el Partido Liberal deberá definir cómo balancear su influencia en el Congreso sin alinearse con el oficialismo, y enfrentarse a la demanda interna de renovación que crece entre sus bases más jóvenes