El expresidente boliviano Evo Morales informó este domingo que su vehículo fue blanco de un ataque armado mientras se dirigía a su programa de radio en Cochabamba. Según el exmandatario, el automóvil recibió 14 impactos de bala y su conductor resultó herido. “Esto fue planeado. La idea era matar a Evo”, declaró Morales en redes sociales, donde compartió un video que muestra los orificios de bala en el parabrisas y los daños visibles en el vehículo.
El Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Morales, acusó directamente al presidente Luis Arce y a altos funcionarios del Gobierno, como los ministros Eduardo del Castillo (Gobierno) y Edmundo Novillo (Defensa), de ser responsables del atentado. En el comunicado, el MAS también aseguró que los vehículos de los atacantes habrían ingresado a un cuartel militar y luego abandonado la zona en un helicóptero, un detalle que incrementa la gravedad de la denuncia.
Respuesta del presidente Arce y escalada de tensiones políticas
El presidente Arce, exministro de Economía en la administración de Morales y actual líder del MAS, ordenó una “investigación inmediata y exhaustiva” para esclarecer los hechos. A través de un mensaje en redes sociales, rechazó el uso de la violencia en política, enfatizando que “no es con muertos ni especulaciones tendenciosas” como se resuelven las diferencias en Bolivia.

El presunto atentado ocurre en un contexto de creciente enfrentamiento político entre Morales y Arce, quienes, aunque comparten partido, han intensificado su rivalidad desde 2021. Morales, quien aspira a un nuevo mandato en las elecciones de 2025, ha criticado duramente al actual gobierno, acusándolo de corrupción y “traición” al pueblo boliviano. A su vez, el gobierno de Arce ha acusado a los seguidores de Morales de intentar desestabilizar el país con bloqueos de carreteras, que en las últimas semanas han afectado la distribución de alimentos y combustible.
Crisis política y económica en Bolivia
Además de la crisis política, Bolivia enfrenta problemas económicos derivados de la disminución de su producción de gas, la reducción de reservas internacionales y el incremento de la inflación. Estos factores han puesto presión en el gobierno de Arce, mientras los bloqueos de las carreteras organizados por los simpatizantes de Morales han aumentado la tensión social y han derivado en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Los conflictos dentro del MAS y el complejo panorama económico están desgastando la estabilidad del país, agravando las pugnas por el poder en vísperas de las elecciones presidenciales de 2025. Con una creciente tensión política y social, Bolivia se enfrenta a uno de sus momentos más complicados en la última década.