En un sorprendente giro de los acontecimientos, el director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, presentó su renuncia a raíz de diferencias en la distribución presupuestaria, después de que el presidente Gustavo Petro le solicitara abandonar su cargo. Este inesperado suceso ha sacudido los pasillos de la Casa de Nariño y ha dejado entrever tensiones dentro del gobierno colombiano.
Jorge Iván González, un reconocido técnico en el ámbito gubernamental y firme creyente en las propuestas de Petro, no tenía previsto dejar su cargo. Su renuncia sorprendió tanto a la comunidad política como a la ciudadanía en general. Se especula que las discrepancias comenzaron a surgir a finales de diciembre, cuando el presidente recibió el decreto 2295 para firmar, el cual liquida el Presupuesto General de la Nación para el año 2024.
Este decreto es crucial para la ejecución del presupuesto anual, y su firma es una formalidad que debe llevarse a cabo en diciembre. Sin embargo, Petro se mostró extremadamente molesto al examinar la distribución presupuestaria. En particular, le disgustó que se destinaran recursos a proyectos viales en el departamento de Antioquia y no se asignara un solo centavo a sus propuestas, como la construcción de un paso subterráneo en Soacha.
El presidente consideró que el presupuesto no reflejaba adecuadamente su programa de gobierno y expresó su irritación por la asignación de fondos a proyectos que no formaban parte de su agenda. La discusión se intensificó en los días siguientes, y diversas reuniones se llevaron a cabo en un intento por resolver la situación.
Según se informa, el anexo del decreto de liquidación del presupuesto se convirtió en un punto de conflicto, ya que se habría omitido la discriminación de alrededor de 13 billones de pesos, un requisito constitucional. La ausencia de esta discriminación podría resultar en el uso inadecuado de los recursos y afectar compromisos futuros del Estado, lo que podría dar lugar a posibles demandas legales. Además, empresas de ingeniería del país se encuentran preocupadas, ya que la falta de recursos garantizados podría obstaculizar el progreso de proyectos de infraestructura.
La pregunta que surge es por qué Jorge Iván González fue el que presentó su renuncia, en lugar de otros funcionarios involucrados en la gestión presupuestaria, como el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, o el ministro de Transporte, William Camargo. Ambos son figuras de confianza de Petro y trabajaron con él durante su mandato en la Alcaldía de Bogotá.
Sin embargo, González era el único sobreviviente en el gabinete de un grupo de cuatro ministros que intentaron convencer a Petro de la necesidad de una reforma de salud hace diez meses, pero fueron destituidos en el proceso. A pesar de que Petro solía elogiar a González por su calidad y compromiso, había llegado a creer que era un obstáculo para la ejecución de sus proyectos.
Las tensiones culminaron en una reunión del Consejo Económico el miércoles, donde se buscaban soluciones legales para incorporar los proyectos de Petro en el presupuesto. Sin embargo, la opinión unánime de los ministros Bonilla, Camargo y González fue que no era factible desde un punto de vista legal.
La renuncia de González ha planteado incógnitas sobre el futuro de otros funcionarios en el gabinete de Petro, ya que algunos, como la ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa, también podrían estar considerando dejar sus cargos debido a las diferencias actuales.
A pesar de que se rumoreó sobre la posibilidad de una renuncia masiva del gabinete, la Presidencia desmintió estas afirmaciones. No obstante, este episodio ha dejado en evidencia las tensiones dentro del gobierno de Gustavo Petro y su determinación de llevar adelante su programa de gobierno de manera decidida y audaz. Las próximas semanas serán cruciales para determinar cómo se gestionarán las diferencias presupuestarias y cómo se mantendrá la estabilidad en el gobierno colombiano.
