En medio de un procedimiento de reubicación ordenado por el Tribunal Superior de Antioquia, un hipopótamo perdió la vida, según informó Cornare, la autoridad ambiental responsable del proceso. Este caso ilustra las dificultades técnicas y biológicas inherentes al manejo de especies invasoras como los hipopótamos, que representan una creciente amenaza para los ecosistemas y las comunidades del Magdalena Medio.
Un fallo difícil de cumplir
El incidente ocurrió en Puerto Triunfo (Antioquia), donde se intentaba reubicar al animal en cumplimiento de una sentencia judicial. Durante la operación, el hipopótamo, al ser sedado, se sumergió en un lago del predio, complicando su manejo. Pese a los esfuerzos desplegados por un equipo de veterinarios y técnicos especializados, el animal fue hallado sin vida.
Cornare había advertido previamente sobre las dificultades técnicas para cumplir la orden judicial y solicitado reconsiderar la exposición de los denunciantes, dado que el predio afectado es usado como finca de recreo, no como vivienda permanente. Sin embargo, el fallo permaneció firme, obligando a la ejecución del procedimiento.
Una población fuera de control
El caso evidencia la magnitud del problema que representan los hipopótamos en Colombia. Según el Ministerio de Ambiente, la población actual oscila entre 181 y 215 individuos, con una alarmante tendencia al alza. Si no se toman medidas drásticas, un estudio de la Universidad Nacional y el Instituto Humboldt prevé que para 2035 podrían superar los 1.000 ejemplares, extendiendo su presencia desde la Hacienda Nápoles hasta la depresión momposina.
Para abordar la problemática, el Gobierno ha diseñado un plan que incluye acciones como la caza controlada, la translocación a otras áreas, el confinamiento en zonas específicas, la instalación de alertas tempranas y la intervención social en comunidades afectadas. Sin embargo, estas medidas enfrentan retos logísticos, financieros y éticos.

El dilema entre conservación y seguridad
La muerte del hipopótamo refleja la complejidad de equilibrar la protección de la fauna con la seguridad de las personas y la preservación ambiental. Mientras los hipopótamos continúan expandiendo su territorio, su manejo se convierte en un desafío multidimensional que requiere voluntad política, cooperación internacional y una adecuada sensibilización pública.
Sin acciones contundentes y coordinadas, los ecosistemas de la región y las comunidades ribereñas seguirán siendo las principales víctimas de esta invasión biológica. Este caso plantea una pregunta crítica: ¿está Colombia preparada para enfrentar las consecuencias de décadas de descontrol en el manejo de especies invasoras?