El Concejo de Medellín dio luz verde al presupuesto general de la ciudad para 2025, el más alto registrado hasta la fecha, con una asignación de $10,96 billones. Esta cifra, que marca un incremento del 25% frente al presupuesto del 2024, busca responder a las crecientes necesidades sociales e impulsar sectores prioritarios como educación, salud e infraestructura.
De los recursos aprobados, $8,79 billones se destinarán a inversión, mientras que $1,23 billones se dirigirán a cubrir gastos de funcionamiento y $616.583 millones atenderán obligaciones de deuda pública. Según el secretario de Hacienda, Orlando Uribe Villa, este presupuesto será clave para cumplir con los compromisos sociales y económicos del Distrito, destacando la transparencia como eje principal de su implementación.

Educación y salud, los mayores beneficiados
El sector educativo recibirá $2,03 billones, un aumento del 40,5% respecto al año pasado. Los fondos priorizarán el Programa de Alimentación Escolar (PAE), que beneficiará a 244.000 estudiantes, y el Programa Buen Comienzo 365, diseñado para atender a 87.174 niños menores de 5 años. Asimismo, se invertirá en la construcción y ampliación de nueve sedes educativas, la renovación de 64 colegios y la dotación de 133 planteles con material pedagógico, mobiliario y equipos deportivos.
En el área de salud, el presupuesto asciende a $1,58 billones, mientras que infraestructura física tendrá una asignación de $890.982 millones, marcando un aumento del 218% respecto al año anterior. Estos recursos se emplearán en el mantenimiento de vías, mejora de espacios públicos y ampliación de redes de transporte urbano y rural. También se contempla la construcción de tres nuevos complejos recreativos para fomentar el deporte y la actividad física.
Reparos por falta de inversión en cambio climático
Aunque el presupuesto representa un avance significativo en sectores esenciales, persisten cuestionamientos por la limitada atención a problemáticas ambientales y de riesgo. Comunas como la 1, 3 y 8, así como varios corregimientos, enfrentan situaciones críticas relacionadas con el cambio climático y los deslizamientos, pero las asignaciones para mitigación y adaptación no evidencian un esfuerzo proporcional a la magnitud de estas necesidades.

El presupuesto histórico de Medellín para 2025 es un hito que responde a las demandas urgentes de la ciudad en educación y salud. Sin embargo, su éxito dependerá de una ejecución eficiente y equitativa. Las carencias en inversión ambiental plantean interrogantes sobre la sostenibilidad de este enfoque y la capacidad del Distrito para responder a los desafíos climáticos y sociales. Más allá de las cifras, el reto será convertir estos recursos en beneficios tangibles para todos los ciudadanos, sin dejar de lado a los sectores más vulnerables.