La Asamblea de Antioquia eligió a Verónica Arango, del Centro Democrático, como su nueva presidenta para el periodo legislativo de 2025. Con 25 votos a favor y uno en blanco, la abogada asumirá el reto de liderar una corporación que concentra diversas fuerzas políticas y enfrentará decisiones clave para el desarrollo del departamento. Arango, reconocida por su amplia trayectoria y liderazgo, fue la diputada más votada en las elecciones de octubre de 2023 con 65.528 votos.
Junto a Arango, la nueva mesa directiva estará conformada por Mateo Escobar, del movimiento Creemos, quien ocupará la vicepresidencia primera con 25 votos, y Walter Salas, del movimiento Independientes, quien será el vicepresidente segundo tras obtener 24 votos. La ausencia del diputado Luis Gabriel Gómez en esta última votación generó la diferencia en el conteo. La posesión oficial está programada para el 30 de noviembre de 2024, y el mandato se extenderá durante gran parte del próximo año.
Este nuevo liderazgo se da en un contexto político marcado por la necesidad de concertar acuerdos para abordar problemas críticos del departamento. La Asamblea tendrá entre sus prioridades definir soluciones a la crisis financiera de la Universidad de Antioquia, que afronta un déficit superior a los 135 mil millones de pesos, y evaluar medidas de apoyo ante la situación migratoria en la frontera con Panamá. El liderazgo de Arango será determinante para avanzar en proyectos clave que impacten positivamente a los antioqueños.

El respaldo transversal que recibió Arango, incluyendo votos de la oposición y de independientes, refuerza su capacidad de gestión y negociación. Sin embargo, el voto en blanco genera dudas sobre posibles fisuras en la coalición mayoritaria, lo que podría traducirse en retos adicionales para mantener la gobernabilidad interna. Este panorama exige de la presidenta electa un enfoque estratégico que privilegie el diálogo y el consenso.
La elección de Verónica Arango consolida el papel del Centro Democrático como fuerza política predominante en Antioquia, pero también plantea interrogantes sobre la capacidad de la Asamblea para superar divisiones y actuar de manera cohesionada. En un momento en que la estabilidad regional depende de decisiones legislativas firmes, el éxito de esta mesa directiva dependerá de su habilidad para equilibrar intereses políticos con el bienestar ciudadano. Este liderazgo podría definir no solo la agenda departamental, sino también influir en el panorama político nacional.