El presidente Gustavo Petro reaccionó con vehemencia tras conocer que la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes abrió una investigación en su contra por presunta financiación irregular de su campaña presidencial. La pesquisa está relacionada con posibles aportes no declarados provenientes de la polémica firma Daily Cop, cuyo supuesto vínculo con su equipo de campaña ha desatado un escándalo de alto impacto político.
El mandatario, a través de su cuenta en X, calificó la medida como un acto que “desata al gigante dormido” y advirtió sobre las consecuencias de “jugar con el fuego social”. Petro también respondió a Daniel Briceño, el concejal que interpuso la denuncia, señalándolo como “un hombre despistado” y negando cualquier relación con Daily Cop más allá de las acusaciones. Estas declaraciones refuerzan el tono desafiante del presidente frente a las acusaciones.
La investigación fue ordenada por los congresistas Wadith Manzur, Leonardo de Jesús Gallego y Alirio Uribe, quienes determinaron que existían motivos suficientes para iniciar una pesquisa formal. Según un documento de la Comisión, la tarea ahora será establecer si ingresaron recursos económicos no reportados a la campaña presidencial de Petro, en aparente violación de las normas electorales. Esta pesquisa se suma a otra en curso por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) por supuestos excesos en los topes de financiación.

El escándalo incluye declaraciones de Ómar Hernández, señalado como el cerebro detrás del negocio de criptomonedas y actualmente detenido. Hernández afirmó haber negociado directamente con Ricardo Roa, entonces gerente de campaña y actual presidente de Ecopetrol, un presunto aporte de Daily Cop a la contienda política. Estas declaraciones han sido usadas por diversos sectores para reforzar las críticas al mandatario y generar dudas sobre la transparencia de su campaña.
La investigación contra Gustavo Petro podría representar un punto de quiebre en su gobierno, exacerbando la polarización política en Colombia y desviando la atención de su agenda legislativa. El tono combativo del presidente frente a las acusaciones puede consolidar su apoyo entre sus bases, pero también intensificar el rechazo de sus detractores. Más allá de lo legal, el impacto en la percepción pública será determinante para su legado y el futuro del proyecto político que representa.