El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, nombró a Elon Musk, magnate de la tecnología y propietario de empresas como X y SpaceX, y al empresario y político Vivek Ramaswamy para encabezar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Según Trump, este equipo de alto perfil será responsable de desmantelar la burocracia federal, eliminar regulaciones redundantes y reducir los costos innecesarios en el gobierno federal. La medida refuerza su compromiso de reestructurar la administración pública y reducir el tamaño del gobierno, una promesa clave de su campaña.
Musk, conocido por su enfoque disruptivo en industrias como la automotriz y la aeroespacial, expresó en sus redes sociales que esta labor “no amenaza a la democracia, sino a la burocracia”, en línea con sus comentarios sobre la ineficiencia en el gasto gubernamental. Ramaswamy, por su parte, destacó que el equipo no “irá con suavidad” y se mostró dispuesto a realizar cambios drásticos. Trump declaró que el objetivo es “liberar” a la economía estadounidense y hacer que el gobierno sea más efectivo y accesible para los ciudadanos, una labor que, según él, debería completarse antes del 4 de julio de 2026, coincidiendo con el 250 aniversario de la independencia de Estados Unidos.
Además de Musk y Ramaswamy, Trump ha realizado otras designaciones estratégicas, optando por perfiles de línea dura en diversas áreas. Entre los nombres destacados están Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional, conocido por su enfoque en amenazas globales como China y Rusia, y Kristi Noem, quien encabezará el Departamento de Seguridad Interior, con el reto de reforzar la seguridad fronteriza y gestionar la migración. Asimismo, Trump designó al presentador de Fox News y exmayor del ejército Pete Hegseth como secretario de Defensa, y a John Ratcliffe como director de la CIA.
Estos nombramientos subrayan una estrategia agresiva de Trump en su segundo mandato, con un enfoque en reformar las instituciones para cumplir sus objetivos de gobierno con un equipo ideológicamente afín. La administración entrante también representa una apuesta por el sector privado, especialmente en tecnología y eficiencia, aspectos que el mandatario electo considera vitales para revitalizar el gobierno federal y reforzar su lema de “salvar a Estados Unidos” del excesivo control burocrático.
