El Senado de la República aprobó en segundo debate el proyecto de reforma constitucional que establece el transfuguismo para congresistas, una medida que permite a los legisladores cambiar de partido político sin perder su curul. La propuesta, liderada por el senador Alejandro Chacón, reduce de un año a un mes antes de la inscripción de candidaturas el plazo de renuncia a su colectividad para aquellos congresistas que deseen mudarse de partido antes de cada elección, una posibilidad que hasta ahora era excepcional.
La reforma tiene como objetivo dar mayor flexibilidad a los congresistas en sus decisiones partidistas, al permitirles que se desvinculen de sus partidos si sienten que estos han perdido conexión con sus electores o su identidad política. Según Chacón, esta medida fortalece la representatividad de los congresistas al desvincular sus posiciones políticas de las estructuras de los partidos, una relación que, en sus palabras, no debe “esclavizar” a los dirigentes cuando el partido ya no representa sus ideales o los de sus electores. La modificación se enmarca en la búsqueda de una mayor autonomía para los legisladores en el ámbito político, fortaleciendo la coherencia entre sus actuaciones y sus convicciones.

Un aspecto clave del proyecto es la eliminación del artículo que buscaba que las coaliciones pudieran transformarse en partidos con personería jurídica, lo que habría beneficiado al Pacto Histórico y otras coaliciones. La propuesta original permitía a los movimientos que alcanzaran un determinado umbral de votos consolidarse como un solo partido político. Sin embargo, tras la eliminación de esta disposición, la reforma sigue adelante con la posibilidad de que los congresistas realicen el cambio de partido de manera individual, sin necesidad de transformaciones en las coaliciones.
Con esta reforma, que aún debe ser aprobada en la Cámara de Representantes en dos debates más para completar su primera vuelta, el Congreso de Colombia busca adaptarse a las dinámicas cambiantes de la política moderna. No obstante, el proyecto también ha despertado críticas, ya que algunos sectores consideran que debilita la estructura y disciplina partidaria al permitir que los congresistas cambien de afiliación política en función de conveniencias personales. En el contexto político actual, la aprobación de esta medida plantea interrogantes sobre la estabilidad de los partidos, su conexión con las bases electorales, y la posible volatilidad en las alianzas dentro del Congreso.