En un acto celebrado en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro condecoró a miembros de la Policía, el Ejército y exguerrilleros del M-19, gesto que él mismo reconoció como «muy criticado» pero necesario para fomentar la reconciliación. El mandatario destacó que esta ceremonia, que tradicionalmente homenajea a las fuerzas armadas, debe servir como «un ejemplo de paz», remarcando la capacidad de los antiguos combatientes y miembros de las fuerzas del Estado de trabajar juntos por el bienestar del país.

El evento se realizó a solo un día de la conmemoración de la toma y retoma del Palacio de Justicia, una acción encabezada por el M-19 en 1985 que dejó 94 muertos y 11 desaparecidos. Esta coincidencia ha generado una ola de críticas, especialmente entre las víctimas del conflicto y sectores políticos de oposición, que ven el acto como una falta de respeto hacia quienes perdieron la vida en el cumplimiento de su deber. Petro, sin embargo, defendió la decisión como un acto simbólico que demuestra que la paz es posible, incluso entre quienes alguna vez estuvieron en bandos opuestos del conflicto armado.
En su intervención, el presidente subrayó: “Antaño no era posible, antaño era una guerra de verdad, y hoy es posible hombro a hombro, en la misma función, cuidar la democracia, cuidar los derechos y la libertad”. Las palabras de Petro han generado tanto apoyo como rechazo en la sociedad, con líderes que consideran que la paz debe integrar a todos los actores mientras otros sectores argumentan que estos reconocimientos pueden interpretarse como una equiparación entre quienes defendieron al país y quienes lo atacaron en el pasado.

La ceremonia también tuvo defensores. La Unidad Nacional de Protección (UNP), entidad encargada de proteger al presidente y en la que trabajan algunos exmiembros del M-19, destacó el gesto como un paso hacia la verdadera paz. Sin embargo, críticos como el senador Miguel Uribe, del Centro Democrático, calificaron la condecoración como «una afrenta» contra las fuerzas del orden y las víctimas. Este acto refleja la postura de Petro en su política de “paz total”, que busca reconciliar a los diferentes actores del conflicto, en medio de un país que aún vive las consecuencias del enfrentamiento armado.