En un sorpresivo anuncio realizado el jueves 3 de octubre en Montería, el presidente Gustavo Petro aseguró que su gobierno retomará las negociaciones con los exjefes paramilitares, continuando el proceso de paz que inició el expresidente Álvaro Uribe en los años 2000. Petro afirmó que “el proceso no ha terminado, quedó interrumpido”, refiriéndose a la falta de entrega de bienes por parte de los exparamilitares a las víctimas del conflicto, un tema que sigue sin resolverse completamente.
El mandatario aprovechó un evento de entrega de tierras a campesinos, parte del programa Tierras para la Reconciliación, para hacer un llamado a la instalación de una nueva mesa de diálogo. «Sin traición y sin miedo a la verdad», destacó Petro, subrayando que el objetivo final es beneficiar a los campesinos y a las víctimas del conflicto armado. El evento contó con la presencia de Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar y hoy gestor de paz, quien pidió perdón por su participación en los crímenes cometidos por las autodefensas.

Mancuso, visiblemente emocionado, ofreció disculpas a las víctimas, reconociendo su responsabilidad en los actos violentos que marcaron la región. «Empuñé un fusil en el pasado pensando que hacía lo correcto. ¡Qué equivocado estaba!», señaló. Mancuso se comprometió a seguir trabajando por la paz y la restitución de derechos de las víctimas.
El gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, también intervino, pidiendo al presidente Petro que se reabra la mesa de diálogo en territorios que fueron duramente golpeados por el paramilitarismo. Zuleta instó a que las comunidades afectadas participen en el proceso de paz, destacando que esta sería una oportunidad para cerrar definitivamente el ciclo del Acuerdo de Santa Fe de Ralito, firmado hace dos décadas.