En la noche del 3 de octubre, el Consejo de Estado ratificó la nulidad electoral de Juan Carlos Upegui, quien aspiraba a mantenerse en el Concejo de Medellín bajo el estatuto de la oposición. Tras apelar una decisión previa del Tribunal Administrativo de Medellín, el ahijado político de Daniel Quintero vio cómo el alto tribunal confirmó su salida, poniendo fin a su lucha legal por mantener su escaño. Este fallo no solo deja fuera a Upegui, sino que también impacta significativamente al movimiento político Independientes, liderado por el exalcalde Quintero.
La decisión fue recibida con escepticismo por varios sectores. Andrés Tobón, presidente del Concejo, calificó de «cínica» la renuncia presentada por Upegui después de conocer el fallo. Tobón cuestionó la decisión del joven político de dimitir en medio de un fallo que le quitaba la curul, generando críticas por lo que muchos consideran una estrategia desesperada para salir con dignidad de la situación.

La vacante dejada por Upegui ha abierto una nueva disputa. Formalmente, la curul correspondería a Camila Gaviria, de la lista de Creemos, movimiento encabezado por Federico Gutiérrez. Sin embargo, Albert Corredor, excandidato a la alcaldía y quien inició la demanda que llevó a la nulidad de Upegui, insiste en que debería ser él quien ocupe el puesto. Corredor, argumentando que fue el segundo candidato más votado en su circunscripción, ha anunciado que seguirá peleando por el escaño, aunque el Consejo de Estado ya ha desestimado esta interpretación.
Corredor calificó la situación como un “día triste para la política en Medellín” y expresó su preocupación por lo que considera un vacío de control político en la ciudad. El excandidato advirtió que la falta de oposición efectiva podría permitir a la administración de Federico Gutiérrez avanzar en decisiones que, según él, afectarían a los recursos públicos y a sectores vulnerables de la ciudad.