La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo punto crítico tras el ataque masivo de Irán contra Israel, marcando la apertura de un tercer frente de guerra en la región. Este martes, el gobierno iraní lanzó cerca de 200 misiles hacia territorio israelí, de los cuales la mayoría fueron interceptados por las defensas aéreas, con el apoyo estratégico de Estados Unidos. Sin embargo, la acción dejó víctimas mortales en Tel Aviv, donde cuatro personas fallecieron tras un tiroteo en una estación de tren.
Este ataque responde a las recientes acciones de Israel contra los aliados de Irán en la región, incluidos los movimientos Hamás y Hezbolá. La escalada comenzó en octubre de 2023, cuando Hamás lanzó una ofensiva sorpresa contra Israel, causando la muerte de 1.205 personas y secuestrando a más de 250. La represalia israelí ha sido devastadora, con bombardeos que han dejado alrededor de 41.700 muertos en Gaza y la destrucción del 90 % de la infraestructura en la Franja, lo que generó un éxodo masivo.

A la violencia en Gaza, se sumó un segundo frente con el Líbano, cuando Hezbolá comenzó a hostigar la frontera norte de Israel en solidaridad con los palestinos. En respuesta, Israel lanzó una operación terrestre y aérea en Líbano, intensificando los combates. La muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en un bombardeo israelí ha enardecido aún más las tensiones.
Con el ataque de Irán, el conflicto se extiende peligrosamente en la región, y las potencias internacionales observan con preocupación. Los expertos advierten que si países como Yemen y Siria, apoyados por Rusia, se involucran, el conflicto podría adquirir dimensiones aún más devastadoras.