A un año de su creación, el Ministerio de la Igualdad, liderado por la vicepresidenta Francia Márquez, enfrenta críticas por la baja ejecución de su presupuesto. Según los últimos datos del Portal de Transparencia Económica, la entidad ha logrado una ejecución del 1,24% a agosto, un desempeño que ha generado preocupación tanto en el Congreso como entre los ciudadanos.
La ejecución del presupuesto del Ministerio, que se estableció en $51 billones para 2024, se ha visto muy por debajo de las expectativas. A pesar de que el sector de igualdad en general tiene una ejecución del 43,17%, los avances específicos del ministerio son desalentadores. Las entidades adscritas como el ICBF, INSOR e INCI han tenido un desempeño destacado, pero el ministerio en sí muestra avances mínimos.
La situación se agravó recientemente cuando Francia Márquez no presentó a tiempo el presupuesto de 2024 ante la Comisión Primera de la Cámara. La respuesta de Márquez, defendiendo la complejidad de iniciar un nuevo ministerio, no ha mitigado las críticas de la oposición ni la inquietud de los legisladores. El choque con el Congreso ha intensificado el escrutinio sobre la eficacia y la gestión del ministerio.

A agosto, la mayor parte de los recursos se han destinado a nómina y prestaciones sociales, con un avance del 22% en el pago de salarios, pero con la inversión en programas y proyectos clave todavía en cero. Entre las iniciativas más relevantes, como el fondo para el fortalecimiento del derecho a la igualdad y el programa ‘Jóvenes en paz’, no se ha registrado ejecución alguna, a pesar de que la vicepresidenta ha insistido en los avances operativos y reglamentarios del ministerio.
El Ministerio ha argumentado que la creación de una nueva entidad desde cero presenta desafíos únicos y que el proceso de configuración institucional ha sido complejo. A pesar de haber aprobado varios programas y proyectos, el impacto real de estos sigue siendo limitado debido a los problemas de ejecución presupuestaria.
Con la mirada puesta en el futuro, la baja ejecución del Ministerio de la Igualdad plantea serias dudas sobre su capacidad para cumplir con sus objetivos y justificar su existencia en la administración de Gustavo Petro. La falta de progreso tangible podría poner en peligro la continuidad del ministerio y generar más debates sobre su eficacia y necesidad.