El gobierno colombiano endureció su postura frente al paro de transportadores que ha paralizado el país, condicionando el diálogo a la suspensión inmediata de los bloqueos en las principales vías. El presidente Gustavo Petro lideró un Puesto de Mando Unificado (PMU) en la Casa de Nariño, donde se evaluó la situación crítica que afecta la movilidad, el trabajo, y el acceso a la salud y educación en diversas regiones.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, fue enfático al señalar que la protesta pacífica es un derecho que el gobierno respeta y garantiza, pero aclaró que las vías de hecho no serán toleradas. «Para avanzar en las conversaciones y encontrar una solución, es indispensable que los bloqueos sean levantados», manifestó el ministro, destacando que el actual panorama de bloqueos afecta a millones de colombianos, vulnerando derechos fundamentales.

En medio de esta tensión, el ministro defendió el polémico alza en el precio del ACPM, señalándolo como una medida «necesaria e inevitable» para la estabilidad fiscal del país. Aunque reconoció el impacto negativo en la economía de los pequeños transportadores, enfatizó que esta decisión era imprescindible dada la situación financiera que enfrenta Colombia.
El gobierno se mantiene firme en su exigencia: no habrá diálogo efectivo ni soluciones mientras persistan los bloqueos. Las autoridades de policía están en alerta máxima para prevenir actos de vandalismo y asegurar que se respeten las normas de convivencia, mientras el país espera una pronta resolución a la crisis que tiene en vilo a millones de ciudadanos.