Este año, más de 230,000 migrantes irregulares han atravesado la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, en su camino hacia Norteamérica. De estos migrantes, el 66% son de nacionalidad venezolana, según un informe del Ministerio de Seguridad Pública de Panamá.
Desde el 1 de enero hasta la fecha, se han registrado un total de 231,089 cruces por esta peligrosa ruta, con los venezolanos liderando el flujo migratorio con 153,226 personas. Los colombianos y ecuatorianos siguen en la lista con 14,659 y 14,569 migrantes respectivamente. Otras nacionalidades representadas incluyen a los chinos con 12,067 migrantes y haitianos con 11,224.
El informe también destaca que 133 menores de edad no acompañados han llegado a Panamá y que 42 personas han perdido la vida en la travesía por el Darién, una ruta marcada por sus difíciles condiciones y la presencia de grupos criminales como el Clan del Golfo. Estos migrantes enfrentan riesgos adicionales como asaltos, violaciones y peligros naturales.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades, que incluyen la implementación de medidas para controlar el flujo migratorio y repatriaciones, el número de migrantes ha disminuido en los últimos meses. En julio y lo que va de agosto, el flujo ha disminuido considerablemente, coincidiendo con la implementación de cercas en la selva y un plan conjunto de Panamá y Estados Unidos para repatriar a los migrantes.
Hasta la fecha, Panamá ha realizado tres vuelos de deportación, con el último financiamiento por parte de Estados Unidos. Se tienen programados vuelos adicionales para repatriar migrantes a Ecuador, Colombia e India en los próximos días.