Cumplido el primer semestre de 2024, Antioquia presenta un panorama contrastante en materia de seguridad. Aunque la violencia homicida ha disminuido, la presencia de grupos ilegales sigue afectando a la población civil. En una entrevista con EL TIEMPO, el secretario de Seguridad y Justicia del departamento, Luis Eduardo Martínez, detalló los avances y retos en el territorio antioqueño.
Durante los primeros seis meses del año, las estadísticas de seguridad en Antioquia son alentadoras. Todos los delitos, excepto las lesiones personales y el hurto a vehículos, han presentado una disminución significativa. El homicidio, considerado el principal indicador de seguridad, registró una reducción de 57 casos hasta el 30 de junio, lo que refleja el resultado de un trabajo coordinado en seguridad.
Sin embargo, Martínez señaló que no todas las subregiones muestran una mejora. En el Nordeste y Bajo Cauca, los homicidios han aumentado debido a la presencia de organizaciones criminales como las disidencias de las Farc, el Eln y el ‘Clan del Golfo’. Estos grupos luchan por el control territorial y los recursos naturales, incluyendo el narcotráfico y la minería ilegal.
En Urabá, el ‘Clan del Golfo’ ha estado en una expansión territorial, lo que ha generado enfrentamientos violentos, como el reciente ataque con minas que resultó en la muerte de seis soldados. A pesar de los diálogos de paz entre el Gobierno y algunos de estos grupos, Martínez afirmó que no se ha sentido un impacto positivo en el territorio. Las violaciones al cese al fuego y las actividades criminales continúan.

Ante esta situación, la Gobernación de Antioquia sigue trabajando para garantizar la seguridad de las comunidades. Aunque no han recibido apoyo adicional del Gobierno central, el gobernador lidera eficazmente a la Fuerza Pública en el territorio. Además, la reducción del 10% en las muertes de mujeres refleja el esfuerzo del gobierno departamental en atender la violencia de género. La creación de una gerencia del delito de violencia de género y la colaboración con la Secretaría de la Mujer han sido fundamentales para abordar este problema.
Por otro lado, 15 municipios de Antioquia no registran muertes violentas gracias a un enfoque preventivo en la seguridad. La Secretaría de Seguridad ha implementado mecanismos alternativos de solución de conflictos y ha llevado a cabo jornadas de acceso a la justicia y encuentros zonales de seguridad.
En Medellín, la explotación sexual de menores es una preocupación creciente. La Gobernación trabaja con los alcaldes para combatir este flagelo, especialmente en zonas turísticas como Guatapé y El Peñol, donde se han identificado posibles casos de explotación.
Martínez concluyó que, a pesar de los desafíos, seguirán trabajando de la mano con la Fuerza Pública y la Fiscalía para garantizar la seguridad y tranquilidad de los antioqueños. La delincuencia es dinámica, y el esfuerzo constante es esencial para contener y reducir su impacto en la región.