La región suroccidental de Colombia enfrenta una nueva amenaza con la reciente ‘graduación’ de 30 jóvenes como explosivistas dentro del grupo criminal Estado Mayor Central, disidencia de las Farc. La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, informó sobre esta preocupante situación que agrava la ya tensa seguridad en la zona.
Desde el levantamiento del cese al fuego bilateral el 17 de marzo, la violencia ha escalado significativamente. Los atentados terroristas y hostigamientos han incrementado, afectando gravemente a la población civil y dejando a las fuerzas militares en una situación de vulnerabilidad. Las disidencias han mejorado su equipamiento bélico y adoptado tácticas terroristas avanzadas, incrementando la letalidad de sus ataques.
Para enfrentar esta creciente amenaza, el Gobierno está en proceso de adquirir sistemas de defensa tecnológica avanzada, específicamente para combatir los ataques con drones. «Vamos a comprar por emergencia de seguridad el sistema necesario para combatir los ataques con drones. Espero que pronto los tengamos y podamos defendernos con la misma tecnología o incluso mejor que la de ellos», afirmó la gobernadora Toro.

El entrenamiento de los nuevos explosivistas tuvo lugar en la zona del Naya, un área selvática que atraviesa el departamento del Valle del Cauca. Según las denuncias, estos jóvenes fueron sometidos a semanas de entrenamiento intensivo, culminando en una ‘graduación’ que implica la realización de un atentado terrorista como prueba final. La inteligencia militar está trabajando para anticipar estos ataques y neutralizar la amenaza antes de que se materialice.
En paralelo, se están realizando gestiones para la apertura de un batallón de alta montaña en la región, con el objetivo de reforzar la seguridad y controlar el movimiento de los criminales entre el Cauca y el Valle del Cauca. «Ya encontramos el lote para el batallón de alta montaña, es de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), y estamos en proceso para que se lo donen al Ejército e instalar ese batallón», concluyó la gobernadora Toro.
La situación en el suroccidente de Colombia sigue siendo crítica, y la comunidad espera que estas medidas logren contener la violencia y proteger a la población de futuros ataques.