Debido a la apretada agenda legislativa en este cierre de legislatura, la mesa directiva de la Cámara de Representantes ha anunciado una sesión plenaria extraordinaria para el próximo lunes festivo, 10 de junio. Esta medida inusual responde a la necesidad urgente de iniciar el último debate de la reforma pensional propuesta por el Gobierno de Gustavo Petro, que corre el riesgo de hundirse por falta de tiempo.
La coordinadora ponente del proyecto, la representante Martha Alfonso, ha expresado su preocupación por los tiempos ajustados. «Quedamos convocados para la próxima semana, el día lunes, para poder avanzar en el debate, y eso nos reduce cada vez más el tiempo y el oxígeno para la aprobación de esta reforma», señaló Alfonso, destacando que cada día perdido complica más el proceso legislativo.
El proyecto debe superar este último debate y luego pasar por la conciliación de textos entre el Senado y la Cámara antes del 20 de junio. Si no se logra esto, la reforma se hundirá. Además, en este mismo periodo se debe elegir al nuevo contralor general, lo que añade más presión al calendario legislativo.

La oposición, que ha mostrado un claro rechazo a la reforma, ha iniciado una estrategia para dificultar su trámite. El Centro Democrático interpuso una tutela solicitando la suspensión de la discusión por falta de garantías. Además, utilizando el estatuto de la oposición, han decidido establecer el orden del día en tres ocasiones: el 5 de junio, el 13 y el 19 del mismo mes. Estas fechas, que eran claves para avanzar con la reforma pensional, se destinarán ahora a otros proyectos que determinen los partidos opositores.
El Gobierno y los promotores de la reforma en la Cámara confían en poder culminar con éxito el trámite legislativo para que la reforma se convierta en una realidad. Sin embargo, la congresista Alfonso reconoció que «nos preocupa que la mesa directiva haya tomado de manera tan relajada el agendamiento de esta reforma», lo que añade un nivel de incertidumbre sobre el futuro de esta crucial legislación.