La investigación sobre el asesinato del coronel (r) Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo, apunta a redes de extorsión como las principales sospechosas del crimen. El funcionario fue atacado mientras se desplazaba en un vehículo del Inpec en el sector de Barrios Unidos, Bogotá, alrededor de las 5:45 p.m. del jueves 16 de mayo.
Según versiones preliminares, dos hombres en una motocicleta se acercaron al vehículo y dispararon desde el lado derecho, donde se encontraba Fernández. La Policía Judicial y el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía han priorizado la investigación, formando un grupo élite para analizar las cámaras de vigilancia y trazar una línea de tiempo del ataque.
Las autoridades están trabajando para identificar las placas, el modelo y las características de los atacantes y su motocicleta. Además, se ha llevado a cabo la búsqueda de casquillos para determinar el tipo de armas utilizadas en el asesinato.
El coronel Fernández había recibido amenazas de muerte, incluyendo un panfleto el 9 de mayo firmado por «Pedro Pluma», quien advirtió que mataría a su familia si continuaban las requisas en el patio número cuatro de la cárcel. A pesar de estas amenazas, Fernández no había solicitado protección a la Unidad Nacional de Protección (UNP), aunque había informado a la Fiscalía sobre los riesgos.

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, condenó el asesinato y afirmó que no se dejarán amedrentar por estos actos violentos. «A los asesinos decirles que no nos van a amedrentar. A la familia del coronel Fernández quiero expresarle la solidaridad mía, del Gobierno y del país», dijo Osuna.
La investigación también ha considerado la posibilidad de que el asesinato esté relacionado con las operaciones de bandas criminales dentro del sistema penitenciario. Andrés Felipe Marín Silva, alias Pipe Tuluá, jefe de la banda La Inmaculada, negó cualquier implicación en el crimen, afirmando que su grupo está en diálogos para un cese al fuego y que no atentarían contra funcionarios del Inpec.
La situación subraya la necesidad urgente de reforzar las medidas de seguridad para los funcionarios penitenciarios en Colombia. El asesinato del coronel Fernández destaca las vulnerabilidades que enfrentan aquellos encargados de mantener la disciplina en las prisiones del país, y la importancia de una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades para proteger a estos servidores públicos.