La designación de Daniel García-Peña como el nuevo vicecanciller de Colombia introduce un cambio significativo en la tradición diplomática del país, al optar por un perfil predominantemente académico y político para uno de los cargos más relevantes en la gestión de las relaciones exteriores. Su nombramiento, anunciado el sábado 6 de abril de 2024, sucede a Francisco Coy, marcando el inicio de una etapa que promete renovar y potencialmente transformar la política exterior colombiana bajo la administración del presidente Gustavo Petro.
García-Peña, cuya trayectoria se ha enfocado en el ámbito académico y en roles claves dentro del sector público, incluyendo su participación como Alto Comisionado de Paz y su función en la alcaldía de Bogotá durante el mandato de Petro, asume este reto con una mezcla de experiencia en gestión de paz y conocimientos políticos. Aunque su incursión directa en la diplomacia se circunscribió a su labor como cónsul general en París, su elección se interpreta como un gesto de confianza por parte del presidente y una señal de la importancia de la coherencia política en la representación internacional de Colombia.
El anuncio de su nombramiento ha generado diversas reacciones, principalmente por la sorpresa ante la elección de un perfil no tradicional para el viceministerio. Sin embargo, García-Peña ha expresado su entusiasmo por contribuir al diseño y ejecución de una política exterior que proyecte a Colombia como un actor de creciente relevancia en el escenario global. Este nombramiento, lejos de ser una decisión aislada, se inscribe en una serie de designaciones estratégicas por parte del presidente Petro, quien ha venido posicionando a colaboradores cercanos y figuras alineadas con su visión en puntos clave de su gobierno.

La expectativa en torno a la gestión de García-Peña es alta, tanto por su conocimiento profundo de la política colombiana como por su histórico compromiso con la paz y la justicia social. Su perspectiva y liderazgo podrían marcar un antes y un después en cómo Colombia se posiciona y negocia en el ámbito internacional, enfatizando en la diplomacia, el diálogo y la cooperación como herramientas fundamentales para el desarrollo y la inserción del país en un mundo cada vez más interconectado.
Este nombramiento subraya el compromiso del gobierno Petro con la renovación de las estructuras tradicionales y el fortalecimiento de un enfoque más estratégico y coherente en la política exterior, donde la diplomacia sirva como un puente para el avance de los intereses nacionales y la promoción de una imagen de Colombia renovada y comprometida con los grandes desafíos globales.