La seguridad de Colombia enfrenta nuevamente una prueba de fuego con el reciente reconocimiento por parte del Ministro de la Defensa, Iván Velásquez, sobre el fortalecimiento del Estado Mayor Central de las Disidencias de las Farc, liderado por ‘Iván Mordisco’. En un contexto donde algunas regiones experimentan un cese al fuego con el gobierno nacional, áreas críticas como Cauca, Valle del Cauca y Nariño observan una suspensión de esta medida, lo que ha permitido a estas disidencias consolidar su poderío.
Con un estimado de 3.959 combatientes desplegados en más de 20 departamentos del país, estas disidencias ejercen una influencia preocupante sobre un territorio que abarca 116,644 km². La expansión y consolidación territorial de estos grupos armados no solo representan un desafío directo a la estabilidad y seguridad nacional, sino que también ponen en riesgo el bienestar y la seguridad de la población civil en las áreas afectadas.

La estrategia de estas disidencias incluye no solo el fortalecimiento militar y territorial sino también la integración en la dinámica social y económica de las regiones donde operan, mediante la manipulación de comunidades y organizaciones locales. Esto, combinado con sus actividades ilícitas transfronterizas y la disputa constante por el control territorial con otros grupos armados, subraya la complejidad del desafío que enfrenta el Estado colombiano.
Este panorama exige una respuesta multidimensional por parte del gobierno, que no solo involucre la acción militar, sino también estrategias de cooperación social, desarrollo económico y fortalecimiento institucional, para garantizar la seguridad y la protección de los derechos humanos de todos los colombianos. La situación demanda una vigilancia continua y una acción decidida para contrarrestar el crecimiento de estas disidencias y asegurar la paz y seguridad en Colombia.