En una sorpresiva decisión, Amelia Pérez renunció a su postulación como fiscal general de la nación momentos antes de que comenzara la votación en la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia. Aunque inicialmente había llegado al Palacio de Justicia para una reunión con el presidente de la Corte, Gerson Chaverra, terminó presentando su renuncia.
En una carta dirigida a la Corte Suprema de Justicia, Pérez acusó un complot en su contra y una campaña de desprestigio que buscaba sacarla de la carrera por la fiscalía, a pesar de ser la candidata con mayores opciones de ganar la elección.
En su carta de renuncia, Pérez denunció una persecución en su contra, mencionando el cuestionamiento a opiniones difundidas en redes sociales que fueron atribuidas erróneamente a ella. También señaló que su pareja, Gregorio Oviedo, publicó mensajes violentos en redes sociales que generaron un escándalo y afectaron su aspiración a la fiscalía. Esta situación, junto con una supuesta violencia de género fundamentada en trinos que no fueron de su autoría, la llevó a renunciar por una cuestión de dignidad.
La decisión de Pérez, aunque inesperada, ha generado controversia y especulaciones sobre si podría ser una estrategia para influir en la elección del nuevo fiscal general. Algunos sugieren que su renuncia podría estar destinada a torpedear la candidatura de Luz Adriana Camargo, quien era vista como su principal competidora. Sin embargo, hasta el momento, no hay evidencia sólida que respalde esta teoría.
Ahora queda por verse cómo afectará esta renuncia el proceso de elección del fiscal general de la nación y qué implicaciones tendrá para los demás candidatos en competencia.
