Durante un evento en la Universidad Nacional, el presidente Gustavo Petro lanzó una sorprendente crítica a las emisoras tradicionales del país, RCN y Caracol, acusándolas de «embrutecer» y «adormilar» a la sociedad colombiana.
Petro expresó su preocupación por el impacto de estas emisoras en la sociedad, sugiriendo que transmiten un contenido que normaliza la muerte, el genocidio y la violación de derechos, sin provocar una reacción crítica en la audiencia. El presidente también señaló que estas emisoras son la principal fuente de información para la mayoría de los colombianos y que su influencia ha contribuido a una percepción distorsionada de la realidad.
Además, Petro sugirió que la privatización en el sector de los medios de comunicación ha contribuido a este problema, dejando a muchos ciudadanos sin acceso a una educación adecuada y permitiendo que las emisoras tradicionales dominen el panorama mediático.
Estas declaraciones de Petro se suman a la creciente controversia en torno a la libertad de prensa en Colombia, especialmente en el contexto de las críticas del presidente hacia los medios de comunicación y su reciente advertencia sobre un supuesto fraude electoral. Aunque las críticas a los medios de comunicación son comunes en la política, la franqueza y la dureza de las palabras de Petro han generado un debate acalorado sobre el papel de los medios en la sociedad colombiana.