Desde la tarde del lunes, 12 de febrero, un incendio de grandes proporciones ha sacudido la tranquilidad de Bello, en el norte del Valle de Aburrá, afectando las instalaciones del batallón Pedro Nel Ospina del Ejército Nacional y extendiéndose a áreas circundantes como Niquía, Telesillas, Urbanización Mi Mundo, y otros sectores. Más de 320 personas, entre ellas efectivos del Cuerpo de Bomberos de Bello, la Policía Nacional, la Defensa Civil, y soldados del Ejército, están movilizadas para combatir este siniestro que ha llevado a la creación de un Puesto de Mando Unificado para coordinar la respuesta a la emergencia.
Informes preliminares sugieren que el fuego pudo haber iniciado en el campo de tiro de la base militar, complicándose por la presencia de barreras físicas con llantas, lo que ha provocado una rápida propagación del fuego, agravada por los fuertes vientos presentes en la zona. Esto ha llevado a una rápida respuesta de las autoridades, incluida la alcaldesa de Bello, Lorena Gonzalez, quien se desplazó al lugar para supervisar las operaciones de control del incendio.
La Dirección Nacional de Bomberos de Colombia ha autorizado el envío de apoyo aeroportado, incluyendo el uso de equipo bamby buquet, para realizar descargas de agua y ayudar a sofocar las llamas en los puntos críticos identificados como La Verruga y Norteamérica. Esta medida busca maximizar la eficiencia en la lucha contra el fuego, que ha amenazado zonas habitadas y ha obligado a las autoridades a priorizar la protección de las vidas humanas.
El secretario de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres, César Augusto Arango Serna, ha destacado los desafíos que los fuertes vientos representan para las operaciones de control, facilitando la expansión del incendio hacia el sector del Cerro Quitasol. A pesar de los esfuerzos, el incendio ha sido medianamente controlado, pero el enfoque principal sigue siendo la protección de las comunidades afectadas mientras se espera la llegada de más apoyo aéreo.
Esta situación de emergencia no solo pone a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades locales y nacionales, sino que también destaca la importancia de la cooperación y coordinación entre diferentes entidades para enfrentar desastres naturales y proteger a las poblaciones vulnerables.