El Congreso de la República aprobó este martes el proyecto de ley que permitirá el divorcio por la sola voluntad de cualquiera de los cónyuges, sin necesidad de justificar una causa específica. Con 89 votos a favor y 12 en contra en la Cámara de Representantes, esta iniciativa, que modifica de manera histórica la legislación matrimonial en Colombia, está a un paso de convertirse en ley tras la sanción presidencial.
El proyecto, liderado por la representante Katherine Miranda, busca promover la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad al introducir la causal de divorcio unilateral. «Esta ley no promueve el divorcio, promueve la libertad. Es un triunfo para los derechos fundamentales y para la dignidad de los colombianos», afirmó Miranda tras la aprobación. Bajo esta nueva normativa, los cónyuges podrán disolver su vínculo matrimonial sin la necesidad de alegar motivos como violencia intrafamiliar o alcoholismo, ni esperar los dos años de separación que actualmente exige la ley.

La propuesta incluye medidas para proteger a las partes más vulnerables en los procesos de separación. Por ejemplo, en casos donde se compruebe violencia intrafamiliar, el agresor deberá indemnizar económicamente a la víctima, reconociendo el daño causado tanto en términos materiales como simbólicos. Además, el proyecto subraya la importancia de garantizar el bienestar de los hijos y evitar conflictos legales prolongados.
Aunque la mayoría de los congresistas celebraron la aprobación como un avance en derechos individuales, hubo voces críticas, especialmente desde sectores conservadores. El representante Luis Miguel López, del Partido Conservador, señaló que esta ley podría “debilitar la institución del matrimonio, un pilar fundamental de nuestra sociedad”. Sin embargo, los promotores del proyecto subrayaron que la medida no busca incentivar el divorcio, sino ofrecer una solución más justa y expedita a quienes enfrentan la necesidad de cerrar un ciclo en sus vidas.

La aprobación del divorcio unilateral refleja el avance de una sociedad que prioriza la autonomía individual, pero también plantea interrogantes sobre el impacto cultural y social. Por un lado, los defensores de la norma destacan que facilita un derecho básico y evita conflictos innecesarios; por otro, los críticos advierten sobre una posible banalización del compromiso matrimonial.
Con más de 31.000 divorcios registrados en Colombia durante 2023, esta ley no solo responderá a una demanda creciente, sino que pondrá a prueba el equilibrio entre la libertad personal y la estabilidad familiar, un debate que continuará más allá de su promulgación.