La COP16, celebrada en Cali, Colombia, finalizó con la aprobación de varios compromisos para la conservación de la biodiversidad, pero con una preocupación latente por la falta de avances en la financiación climática. El evento, que reunió a delegaciones de 196 países, culminó tras intensas negociaciones y con el anuncio de la creación del «Fondo Cali», un mecanismo que distribuirá beneficios derivados del uso de información genética, incluyendo conocimientos ancestrales de comunidades indígenas y afrodescendientes
Entre los logros de la cumbre se encuentra el marco para proteger el 30% de los ecosistemas marinos antes de 2030, en línea con el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Sin embargo, grupos ambientalistas han criticado que muchas propuestas clave fueron diluidas en el texto final. El tema de la biología sintética, por ejemplo, se mantuvo con un enfoque comercial, pese a los riesgos potenciales que podría tener sobre los ecosistemas naturales
La ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, destacó que el «Fondo Cali» simboliza el compromiso de la región para proteger sus recursos, pero reconoció que los mecanismos de mercado dominan la discusión sobre conservación, lo cual ha generado controversia entre los países participantes. António Guterres, secretario general de la ONU, instó a las naciones a movilizar más fondos, recordando que el colapso de servicios de la naturaleza podría representar pérdidas anuales de billones de dólares para la economía mundial
La COP16 deja un camino incierto en cuanto a la implementación de estos acuerdos y la movilización de recursos. Aunque las metas planteadas son ambiciosas, los expertos advierten que sin un incremento en la financiación, especialmente para países en desarrollo, los objetivos a largo plazo podrían ser inalcanzables, poniendo en riesgo la biodiversidad global y la lucha contra la crisis climática.