Un grave caso de presunto acoso sexual ha puesto en el centro de la polémica al exviceministro de Interior y recién nombrado presidente de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), Diego Cancino. La denunciante, Viviana Vargas, asesora del Ministerio del Interior, relató ante las autoridades un episodio en el que Cancino, según sus declaraciones, la agredió mientras discutían posibles oportunidades laborales en un encuentro en su residencia.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, rechazó públicamente los hechos y expresó su apoyo a Vargas, destacando “la valentía de denunciar y dar voz a quienes enfrentan este tipo de situaciones”. En un comunicado, la cartera señaló su compromiso con la creación de espacios seguros para las denuncias de abuso, con el fin de prevenir estas agresiones y salvaguardar a las funcionarias de cualquier trato impropio en su lugar de trabajo.
La denuncia, que Vargas ya interpuso ante la Fiscalía, señala que el incidente ocurrió el 9 de octubre, cuando el exviceministro invitó a la asesora a su apartamento, donde, tras varias insinuaciones, la habría tocado sin su consentimiento. Según la declaración, Cancino insistió en consumir alcohol, hasta que finalmente Vargas logró salir de la situación con la ayuda de amigos a los que alertó. Los mensajes de disculpa enviados por el exviceministro al día siguiente figuran en la denuncia como prueba de sus intentos por justificarse.

Este caso ha desatado una ola de reacciones. Iris Marín, defensora del Pueblo, exigió la renuncia de Cancino de su cargo en la SAE, afirmando que el Gobierno no debería tolerar situaciones de acoso de ningún tipo. Asimismo, la Defensoría reiteró la importancia de que las instituciones públicas garanticen ambientes laborales libres de violencia de género y de cualquier tipo de abuso.