El aumento en los casos de suicidio y los intentos de suicidio en menores de edad ha encendido las alertas de las autoridades en Colombia, con cifras que reflejan una crisis en salud mental. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), hasta el momento se han registrado 12.899 intentos de suicidio en niños, niñas y adolescentes en 2024. Este año ya suma 183 suicidios consumados, acercándose peligrosamente a las cifras más altas registradas en 2019, lo que preocupa profundamente a organismos de derechos humanos y a la Defensoría del Pueblo.
Las estadísticas de Medicina Legal revelan que el 56% de los menores que se han quitado la vida este año eran niños y adolescentes varones, mientras que el 44% eran mujeres. Las edades más afectadas comprenden a jóvenes de entre 14 y 17 años, quienes representan el 79% de los casos. El problema se extiende también a los menores entre 10 y 13 años (20% de los casos) y, aunque en menor número, a niños entre 5 y 9 años, quienes representan el 1% de los casos de suicidios consumados.
La Defensora del Pueblo, Iris Marín, considera preocupante que la situación no mejore a pesar de los esfuerzos y advierte que la falta de apoyo para iniciativas juveniles y deportivas en territorios como el Cauca, afecta a jóvenes que enfrentan contextos adversos. “Veo una falta de alternativas para ellos. He escuchado sus testimonios, donde me expresan su desilusión por no recibir apoyo suficiente para sus proyectos de vida, desde el deporte hasta las iniciativas culturales,” enfatizó Marín, aludiendo a la importancia de las políticas de prevención.
Antioquia lidera las cifras de suicidios de menores, con 83 casos reportados en lo que va del año, seguido de Bogotá con 22, Valle del Cauca con 14 y otros departamentos como Cundinamarca, Boyacá y Huila. Pero el escenario más preocupante no es solo el de los casos consumados. Durante el período 2019-2023, el país registró más de 51.000 intentos de suicidio en menores, según datos del INS. Este incremento refleja una profunda crisis que, según Marín, solo podrá reducirse con una política nacional efectiva en salud mental y el desarrollo de espacios de apoyo juvenil.
La situación es especialmente alarmante en comunidades indígenas, donde los menores, enfrentados al riesgo de reclutamiento forzoso por grupos armados, han visto el suicidio como una vía de escape. Francisco Calí Tzay, relator de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, señaló que en sus visitas ha escuchado cómo niños de 6 y 7 años consideran el suicidio la única manera de evitar ser arrancados de sus familias. Las cifras de Medicina Legal indican que el 7% de los suicidios de menores en 2024 provienen de estas comunidades.
Ante esta situación, expertos y autoridades coinciden en que se deben reforzar los programas de salud mental, brindar apoyo educativo y deportivo y mejorar la respuesta del Estado en zonas de alta vulnerabilidad.
