La justicia boliviana abrió una investigación que involucra al expresidente Evo Morales en un delicado caso de abuso sexual. El proceso, que ha generado una intensa reacción en el país, está basado en una denuncia por la presunta violación de una menor cuando Morales aún ejercía la presidencia de Bolivia.
Este 3 de octubre, la fiscal Sandra Gutiérrez, quien inicialmente emitió la orden de aprehensión contra el exmandatario, reveló que fue destituida de su cargo tras iniciar las acciones legales. Gutiérrez, visiblemente afectada por lo ocurrido, señaló que la denuncia en contra de Morales incluye un supuesto caso de trata de personas, con el agravante de que la menor involucrada habría tenido una hija como resultado del abuso.
El caso ha levantado una ola de controversia no solo por la naturaleza de las acusaciones, sino también por el impacto político que podría tener en Bolivia. Morales, quien gobernó el país entre 2006 y 2019, es una de las figuras más influyentes del país y actualmente se enfrenta a la oposición interna de su antiguo aliado, el presidente Luis Arce. La disputa entre ambos líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) ya estaba presente antes de este escándalo, pero las nuevas acusaciones podrían afectar de manera significativa la estabilidad política del país de cara a las elecciones de 2025.
Las denuncias sostienen que Morales habría mantenido una relación con la menor desde 2016. Sin embargo, la orden de captura fue anulada por una jueza, lo que generó críticas y acusaciones de encubrimiento dentro del sistema judicial. El ministro de Justicia, César Siles, confirmó que la investigación sigue su curso y que se tratará de garantizar un proceso transparente y justo para todas las partes implicadas. “No permitiremos que crímenes de esta magnitud queden impunes, estamos comprometidos con la justicia y la verdad”, aseguró.
Por su parte, Morales ha negado las acusaciones, señalando que estas forman parte de una campaña política para desacreditar su figura y detener su influencia de cara a las próximas elecciones. A través de su cuenta en redes sociales, el exmandatario afirmó: «Siempre me han perseguido, no tengo miedo y seguiré luchando junto a mi pueblo».
A medida que las investigaciones avanzan, la sociedad boliviana sigue expectante ante los próximos pasos que tomará la justicia en este complejo caso, el cual podría tener repercusiones profundas tanto en el ámbito judicial como en el político.
