El conflicto entre Israel y el grupo libanés Hezbolá ha escalado a niveles alarmantes, y Europa ha lanzado una advertencia sobre las graves consecuencias que podrían surgir. Según Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, el mundo está “al borde de una guerra total” en Oriente Medio, una región ya convulsionada por décadas de tensiones. La advertencia fue emitida durante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde Borrell hizo un llamado urgente a detener el derramamiento de sangre.
El lunes, los ataques israelíes en el sur y este de Líbano dejaron un saldo devastador de cerca de 500 muertos, entre ellos 35 niños. Esta jornada se ha convertido en la más mortífera en casi un año de intercambio de disparos entre ambas partes, que se intensificó tras el inicio de la guerra en Gaza. Israel ha anunciado que más de 1.600 objetivos de Hezbolá fueron bombardeados, mientras Hezbolá respondió con decenas de cohetes hacia territorio israelí.
Borrell destacó la necesidad de un alto el fuego inmediato en la Línea Azul, que separa Israel de Líbano, y también en la Franja de Gaza. La Unión Europea ha expresado su profunda preocupación por el número creciente de víctimas civiles. “Los civiles están pagando un precio intolerable e inaceptable. Ha llegado el momento de que todos hagan lo posible por detener esto”, afirmó el diplomático europeo, subrayando que los esfuerzos diplomáticos han fracasado hasta ahora en detener la escalada.
A medida que el conflicto se intensifica, más de 1.600 personas han resultado heridas en Líbano, y cientos de familias han huido de las zonas afectadas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha instado a los libaneses a abandonar las zonas “peligrosas”, mientras que las Naciones Unidas y otros actores internacionales han hecho llamados urgentes para evitar una mayor conflagración regional. Francia, por su parte, ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar de contener el conflicto antes de que se desate una guerra a gran escala.