El Servicio Secreto estadounidense confirmó un intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump este domingo en Florida, donde el magnate se encontraba en su campo de golf en West Palm Beach. Aunque Trump se encuentra «sano y salvo», las autoridades están investigando el incidente.
El intento de ataque ocurrió cerca de los límites del campo de golf de Trump, donde agentes del Servicio Secreto se enfrentaron a un hombre armado. En el lugar del incidente se encontró un fusil AK-47 con una mira telescópica, junto con dos mochilas y una cámara GoPro. El sospechoso, que había escapado en un automóvil negro, fue detenido gracias a la cooperación de un testigo que ayudó a identificar el vehículo.

El sheriff del condado de Palm Beach, Ric Bradshaw, informó que el sospechoso está bajo custodia y la investigación está en curso. «El presidente Trump está sano y salvo después de que se produjeran disparos en sus inmediaciones», indicó Steven Cheung, director de campaña de Trump. La investigación del FBI está centrada en el intento de asesinato, pero no se ha confirmado si el atacante disparó directamente hacia Trump.
El sospechoso estaba a una distancia de entre 275 y 455 metros de Trump, pero, con un rifle y una mira telescópica, esa distancia no es larga. Las autoridades están examinando la actitud del sospechoso y el contexto del incidente, tras recibir críticas por fallos en la protección de Trump durante un evento previo en Pensilvania, que resultaron en la dimisión de la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle.
La Casa Blanca, incluyendo al presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, fue informada del incidente. Harris expresó su alivio por la seguridad de Trump y condenó la violencia, destacando que «no tiene cabida en Estados Unidos».