Este domingo, a las 9:00 a.m., una base del Ejército Nacional en Tame, Arauca, fue blanco de un violento ataque armado que dejó dos soldados muertos. El ataque, llevado a cabo con ráfagas de fusil y explosivos, sorprendió a las fuerzas militares que se encontraban en operaciones en la región.
Los soldados, que resultaron heridos en el ataque, fueron trasladados urgentemente a centros asistenciales cercanos. Lamentablemente, no lograron sobrevivir a las graves heridas recibidas. Este incidente no solo marca una nueva tragedia en la zona, sino que también representa un desafío significativo para la seguridad y el proceso de paz en Colombia.
Arauca, un departamento conocido por su alta actividad de grupos armados ilegales, ha sido escenario de intensos enfrentamientos en los últimos meses. Las fuerzas militares han intensificado sus operaciones en la región para contrarrestar la influencia de estos grupos, especialmente el ELN, que ha sido señalado como el presunto responsable de este ataque.
Este ataque se produce en un contexto de creciente preocupación por el avance del proceso de paz. El Gobierno había instado a prorrogar el cese al fuego con el ELN, que expiró el pasado 3 de agosto, pero la escalada de violencia pone en riesgo los esfuerzos de negociación y la estabilidad en el país. Las autoridades siguen de cerca la situación para evitar nuevas confrontaciones y garantizar la seguridad de la población civil.