La agenda legislativa del Gobierno de Gustavo Petro atraviesa un momento crítico mientras se acerca el final del primer mes y medio de sesiones. A pesar de las promesas de priorizar las reformas sociales, el Ejecutivo aún no ha presentado la crucial reforma a la Salud, y el avance de la reforma laboral sigue estancado. Esta situación coloca al Gobierno bajo una presión creciente para cumplir sus compromisos legislativos en un plazo cada vez más reducido.
La reforma laboral, que ya cuenta con una ponencia para el segundo debate, debe completar su proceso legislativo antes del 16 de diciembre. Esto significa que, en los próximos tres meses, deberá superar tres debates adicionales y una posible conciliación para ser aprobada. La reforma, que busca transformar las dinámicas laborales en Colombia, es una de las promesas centrales de la administración Petro, pero su lenta tramitación ha generado preocupación.

Por otro lado, la reforma a la Salud sigue sin ser radicada, y el Gobierno está en el proceso de acercar posiciones con las distintas fuerzas políticas. Aunque el Ministerio del Interior, bajo la dirección de Juan Fernando Cristo, está trabajando para lograr consensos, la falta de un texto oficial y la incertidumbre sobre la respuesta de los partidos generan dudas sobre el futuro de esta iniciativa. El éxito en la aprobación de la reforma dependerá en gran medida de la habilidad del Ejecutivo para negociar y presentar una propuesta que pueda ser aceptada por una amplia gama de actores políticos.
Más de un año ha pasado desde que el Gobierno de Petro comenzó a impulsar su agenda social, y el camino ha sido sinuoso. Las discusiones han sido intensas y las votaciones, a menudo divididas. La capacidad del Ejecutivo para avanzar en sus reformas en este nuevo periodo legislativo será un factor determinante en su capacidad para cumplir sus objetivos y mantener su apoyo político. La presión está en aumento, y el tiempo para lograr acuerdos y presentar propuestas efectivas se está agotando.