La carrera presidencial en Estados Unidos se enfrenta a un nuevo desafío, ya que los candidatos Kamala Harris y Donald Trump no logran ponerse de acuerdo sobre la realización de los debates televisados. La candidata demócrata, actual vicepresidenta, ha rechazado participar en un debate propuesto por la cadena Fox News, mientras que el exmandatario republicano se ha negado a debatir en la cadena ABC News.
Después de asegurar su nominación como candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris se prepara para enfrentar a Donald Trump en las elecciones de noviembre. Los debates presidenciales son una tradición que permite a los candidatos exponer sus ideas y visiones de país, convenciendo a los electores de sus propuestas. Sin embargo, la posibilidad de que estos encuentros se lleven a cabo se ha complicado.
Harris fue la primera en expresar su rechazo, indicando que no participará en un debate organizado por Fox News y pidió a Trump que mantenga el compromiso de debatir en ABC News, tal como se había acordado anteriormente. «Debe dejar de jugar y presentarse al debate al que ya se comprometió», declaró su campaña en un comunicado.

Por su parte, Trump respondió a través de su red social Truth Social, señalando que su compromiso con ABC News finalizó con la renuncia de Joe Biden a la candidatura. En cambio, invitó a Harris a debatir en Pensilvania, en un evento televisado por Fox News antes del inicio de la votación anticipada el 6 de septiembre. «La veré el 4 de septiembre o, no la veré en absoluto», declaró Trump, dejando claro que sólo debatirá en esas condiciones.
Ante esta situación, ambas campañas han sugerido la posibilidad de sustituir los debates por asambleas televisadas, donde los candidatos podrían presentar sus ideas directamente a los votantes. Este conflicto marca un punto crítico en la campaña presidencial, reflejando las tensiones y diferencias entre los aspirantes a la Casa Blanca.
El último debate realizado, transmitido por CNN en Atlanta, estuvo marcado por ataques personales y la pérdida de concentración de Biden, lo que generó una crisis en el Partido Demócrata y llevó a la suspensión de su campaña. La incertidumbre sobre los debates presidenciales actuales añade una capa más de complejidad a una contienda ya de por sí polarizada.