Kimberly Cheatle, la directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, ha presentado su renuncia en medio de una creciente presión por parte de legisladores tras el intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio. La noticia fue confirmada por varias fuentes a NBC News y se espera un anuncio oficial más tarde hoy.
La salida de Cheatle se produce después de una tensa audiencia ante el Comité de Supervisión de la Cámara, donde fue intensamente cuestionada sobre los fallos operativos que permitieron el ataque. Legisladores de ambos partidos expresaron su frustración ante lo que consideraron un fracaso significativo en la protección de Trump, criticando la falta de respuestas claras y la aparente ineficacia del Servicio Secreto.
El presidente del comité, James Comer, y el miembro de mayor rango, Jamie Raskin, enviaron una carta a Cheatle tras la audiencia, destacando la necesidad urgente de transparencia y responsabilidad institucional, especialmente en un año de elecciones presidenciales. En la misiva, instaron a Cheatle a renunciar para permitir que un nuevo liderazgo aborde la crisis y restablezca la confianza tanto del Congreso como del público estadounidense.
Cheatle había asumido el cargo con la promesa de implementar reformas y mejorar la eficacia operativa del Servicio Secreto, una agencia que ha estado bajo escrutinio debido a varios incidentes de alto perfil en los últimos años. Su renuncia marca un momento crítico para la agencia, cuya capacidad para proteger a los líderes nacionales ha sido repetidamente cuestionada.
