El fiscal Mario Burgos, conocido por llevar algunos de los casos penales más importantes de Colombia, ha sido trasladado a la Dirección Especializada para los Delitos Contra los Recursos Naturales y el Medio Ambiente. Este cambio ha generado controversia, ya que Burgos estaba al frente de investigaciones clave, como la que involucra a Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, y otras de alto perfil como el asesinato de Mauricio Leal y el homicidio del exfiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci.
El cambio de Burgos se formalizó mediante la Resolución 5920, lo que ha sido interpretado como un movimiento para apartarlo de casos delicados, en particular el de Nicolás Petro. En este caso, el fiscal había reunido una cantidad significativa de pruebas que llevaron a Petro a confesar irregularidades relacionadas con fondos de campaña, aunque luego se retractó. El manejo del caso por parte de la nueva administración de la fiscal general Luz Adriana Camargo ha sido criticado, especialmente después de que se decidió disolver el Grupo de Tareas Especiales que investigaba estos asuntos.

Este traslado ha suscitado preocupaciones sobre la transparencia y la independencia de las investigaciones en curso, particularmente aquellas que involucran a figuras políticas de alto perfil. La decisión de reasignar a Burgos ha sido vista por algunos como una posible represalia o maniobra política, especialmente dado el contexto de las investigaciones sobre Nicolás Petro y las implicaciones potenciales para el presidente.
En respuesta, la Fiscalía ha declarado que los casos previamente manejados por Burgos serán reasignados para asegurar la transparencia y continuidad de las investigaciones. Sin embargo, la comunidad jurídica y la opinión pública continúan atentos a los desarrollos, preocupados por el posible impacto en la justicia y el tratamiento de casos sensibles en el país.