Horacio Pérez Ledesma, un mexicano de 54 años, fue brutalmente asesinado el pasado domingo en el sector de Provenza, en Medellín. Según testigos, los atacantes lo esperaron durante más de 20 minutos antes de dispararle en múltiples ocasiones cuando apenas se acomodaba en una mesa de un restaurante. Este incidente trágico pone en evidencia la creciente inseguridad que afecta a la ciudad y plantea serias preocupaciones sobre la protección de los turistas.
El ataque, que ocurrió a las 3:40 p.m., dejó a Pérez Ledesma con ocho heridas, dos en el brazo, dos en la espalda, tres en la columna y una en el abdomen. A pesar de los esfuerzos médicos en la Clínica Medellín, donde ingresó de urgencia, falleció a las 6:30 p.m. debido a la gravedad de sus lesiones. Este asesinato eleva a 31 el número de turistas extranjeros fallecidos en Medellín este año, subrayando un preocupante patrón de violencia contra visitantes.
Las autoridades locales reaccionaron rápidamente, implementando un plan candado y utilizando cámaras de reconocimiento de placas (LPR) para rastrear a los responsables. La Policía Metropolitana logró la captura de tres individuos implicados en el crimen. Entre ellos se encuentra Anthony Johan Tobar Ponceleon, un venezolano de 29 años, interceptado cerca del estadio Ditaires en Itagüí, y Antonio Rafael Herrera Escobar, un colombiano de 29 años, arrestado en la variante Las Palmas junto con Jhon Fabio Prada Rico, de 42 años. Este último, con un extenso historial delictivo, ha sido señalado como el conductor del vehículo implicado en el asesinato.

El comandante de la Policía Metropolitana, general Óscar Andrés Lamprea, indicó que las primeras indagaciones descartan el hurto como móvil del crimen. “Se trató de un ajuste de cuentas”, explicó, aunque los motivos específicos aún son desconocidos. Pérez Ledesma, un empresario dedicado a la venta de computadores en Ciudad de México, se encontraba en Medellín para asistir a una despedida de soltero, acompañado de otros siete mexicanos, quienes resultaron ilesos.
Este caso resalta la urgente necesidad de reforzar las medidas de seguridad para proteger tanto a los residentes como a los visitantes de Medellín. La violencia que cobra vidas inocentes amenaza no solo la tranquilidad de la comunidad local, sino también la reputación de la ciudad como un destino turístico. Las autoridades continúan investigando para esclarecer los motivos detrás de este asesinato y prevenir futuros actos de violencia.