Puerto López en el Bagre vive días de incertidumbre y miedo debido a las órdenes contradictorias de las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo. Este corregimiento, situado en el estratégico Bajo Cauca antioqueño, enfrenta una situación crítica con una comunidad de cerca de 8,000 habitantes que ha quedado atrapada en medio de las imposiciones de estos grupos armados.
Recientemente, el frente 4° de las disidencias de las Farc ordenó a los comerciantes cerrar sus negocios, indicando que cualquier acto de desobediencia sería castigado severamente. Sin embargo, horas después, el frente Uldar Cardona del Clan del Golfo, también conocido como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), dio la contraorden de mantener el comercio abierto, desafiando así las directrices de las disidencias.

Este enfrentamiento de poder ha puesto a la población en una situación de riesgo extremo, ya que desobedecer a cualquiera de los grupos podría significar una sentencia de muerte. «La comunidad se siente en medio de una disputa y un fuego cruzado entre disidencias y EGC que los intimidan para no atender órdenes de un grupo y otro. Esto es una clara violación al derecho internacional humanitario», señaló un portavoz de la Fundación Sumapaz.
Puerto López es un territorio codiciado por los grupos armados debido a su riqueza aurífera y su posición estratégica, que facilita la movilización de hombres y estupefacientes. La Gobernación de Antioquia, en respuesta a la crisis, ha anunciado la presencia continua de efectivos del Ejército y la Policía para tratar de garantizar la seguridad, aunque la población sigue viviendo con el temor constante de la violencia.