El conocido piqueteadero de Doña Segunda, ubicado en la plaza de mercado 12 de Octubre en Bogotá, fue cerrado por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) debido a incumplimientos en la expedición de la factura electrónica. La noticia ha generado gran controversia y conmoción entre los clientes habituales y la comunidad en general.
Yanett Serrano, directora seccional de impuestos de Bogotá de la DIAN, explicó que durante visitas anteriores se había verificado que el establecimiento no estaba cumpliendo con los requisitos de la facturación electrónica, y a pesar de las advertencias y sanciones impuestas, el problema no fue solucionado. “Estamos haciendo los cierres por incumplimiento en el deber de facturación electrónica. Verificamos que el contribuyente no expidió la factura con los requisitos adecuados y no cumplió con el pago de la sanción”, declaró Serrano.
El cierre temporal, que se extenderá hasta el 23 de junio, ha dejado a 14 empleados sin trabajo por tres días, afectando a sus familias. Doña Segunda, visiblemente afectada, expresó su frustración y tristeza a los medios de comunicación. Entre lágrimas, dijo: “No le estoy haciendo mal al Gobierno, no le estoy quitando nada a nadie. Pago mis impuestos y cumplo con lo que la DIAN exige. Me parece injusto”.
Diversos políticos y figuras públicas han reaccionado al cierre del piqueteadero, criticando la medida. El concejal Daniel Briceño señaló: “La regla general es la persecución a la gente buena y a la que genera empleo. El gobierno Petro premia a los delincuentes de la Primera Línea y persigue al piqueteadero de Doña Segunda. Quien produce es sancionado. Quien delinque es premiado”.
Este incidente subraya la importancia de cumplir con las normativas fiscales y de facturación electrónica para evitar sanciones y cierres que puedan afectar tanto a los negocios como a sus empleados. La DIAN continúa reforzando su control para garantizar el cumplimiento tributario en el país, mientras que el caso de Doña Segunda pone en relieve los desafíos que enfrentan los pequeños comerciantes en la adaptación a estas nuevas exigencias.