En un nuevo golpe a la tranquilidad de los habitantes de Caquetá, las disidencias de las Farc, específicamente la estructura Jorge Suárez Briceño, han emitido un manual de convivencia que impone severas restricciones y sanciones. Este documento, de seis páginas, establece reglas estrictas que abarcan desde la venta de licor hasta el comportamiento de trabajadoras sexuales y la movilidad en las comunidades.
Entre las nuevas regulaciones, los establecimientos que venden licor no podrán suministrar bebidas a menores de 16 años, deberán cerrar a las 2:00 a. m., y mantener el ruido a niveles moderados. Las infracciones a estas reglas serán castigadas con multas significativas, aumentando la presión sobre los comerciantes locales que ya enfrentan dificultades económicas.
Las trabajadoras sexuales, por su parte, estarán bajo un control estricto de las juntas de acción comunal. Deberán portar un carné de control médico actualizado y están prohibidas de desplazarse fuera de sus lugares de trabajo o participar en exhibicionismos. El incumplimiento de estas normas resultará en severas multas y otras sanciones.
Las medidas también incluyen la implementación de reductores de velocidad en zonas urbanas y un límite de velocidad de 20 km/h para prevenir accidentes. La comunidad también deberá controlar los rumores y chismes, con multas para aquellos que se vean involucrados en «chismografía». Además, las extorsiones continuarán, con los montos ajustados según la capacidad económica de cada víctima, y se exigirá la carnetización de la población civil para tener un control exhaustivo sobre los movimientos de las personas en el territorio. Esta carnetización tendrá una vigencia de seis meses y será renovable solo si la persona participa activamente en los procesos comunales.
