Nayib Bukele fue investido para su segundo mandato como presidente de El Salvador en una ceremonia realizada frente al Palacio Nacional de San Salvador. Durante el evento, Bukele juró el cargo ante dignatarios internacionales y una multitud de seguidores.
En su discurso, Bukele destacó los logros de su primer mandato, especialmente en la lucha contra las pandillas, a la que comparó con una enfermedad que había afectado al país durante décadas. También mencionó el desafío económico que enfrenta El Salvador y prometió trabajar para hacer del país un lugar próspero.
La investidura también marcó la toma de posesión de Félix Ulloa como vicepresidente de El Salvador. El evento contó con la presencia de representantes de instituciones salvadoreñas y líderes internacionales, incluyendo al Rey Felipe VI de España y al presidente argentino Javier Milei.

Sin embargo, algunos diputados de la oposición no asistieron a la ceremonia, argumentando que la reelección de Bukele violaba la Constitución. A pesar de esto, la Corte Suprema de Justicia había respaldado la legalidad de su reelección.
Después de la investidura, Bukele tiene previsto tomar protesta constitucional en una sesión solemne en la Asamblea Legislativa. Su segundo mandato se caracteriza por continuar con su enfoque en la seguridad, que ha resultado en un gran número de detenciones y el debilitamiento de las pandillas, aunque también ha sido objeto de críticas por la suspensión de derechos fundamentales en el país.