En un hecho sin precedentes, los expresidentes de Colombia, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, Iván Duque y Ernesto Samper, han unido fuerzas para rechazar la propuesta del presidente Gustavo Petro de convocar una Asamblea Constituyente utilizando el Acuerdo de Paz con las Farc como base legal. Este inusual bloque de exmandatarios, con profundas diferencias ideológicas, coincide en que esta iniciativa representaría un riesgo para la institucionalidad del país.
Ernesto Samper, el último en sumarse a esta postura, declaró: «A la luz de estas normas vigentes no es posible legitimar la convocatoria de una Asamblea Constituyente en el Acuerdo de Paz de La Habana suscrito entre el Estado y las Farc: sería una Constituyente de facto, un salto al vacío de la institucionalidad que empezaría por desconocer el Congreso y la Corte Constitucional». Esta declaración refuerza la oposición unánime de los exlíderes a la idea de Petro.
Juan Manuel Santos, por su parte, reiteró que usar el Acuerdo de Paz para convocar una constituyente es un «absurdo» y recordó que durante las negociaciones con las Farc se estableció claramente que no se buscaría una reforma constitucional a través de este mecanismo. «La Asamblea Constituyente sólo se puede convocar usando los procedimientos que establece la Constitución, cualquier intento de hacerlo por otras vías se enfrentaría con el poder legislativo, judicial, las Fuerzas Armadas y con la gran mayoría de colombianos», añadió Santos.
Iván Duque, expresidente y férreo crítico de Petro, también expresó su rechazo, afirmando que el gobierno busca una Constituyente para perpetuarse en el poder, utilizando el Acuerdo de Paz con las Farc como pretexto. «El Presidente debe cumplir su mandato hasta el 7 de agosto de 2026, ni un día más ni un día menos. Cualquier intento de violar la Constitución debe ser respondido con firmeza por toda la institucionalidad. El país unido rechazará cualquier intento de romper con la legalidad», dijo Duque.
Álvaro Uribe también se manifestó en contra de la propuesta de Petro, subrayando que todas las formas de democracia participativa están rigurosamente reglamentadas en la Constitución y que cualquier intento de convocar una Constituyente fuera de esos procedimientos sería un golpe de Estado.
Este frente común de expresidentes destaca la seriedad con la que ven el posible riesgo de una convocatoria a una Asamblea Constituyente fuera de los marcos legales establecidos. La iniciativa de Petro ha sido vista por muchos como una amenaza a la estabilidad política y la separación de poderes en Colombia.
El analista político Gabriel Cifuentes comentó sobre esta inédita unión de expresidentes: «Es inédito que expresidentes que profesan posiciones políticas diversas e incluso opuestas se hayan manifestado al unísono en contra de la idea de que los acuerdos de La Habana contienen una cláusula que daría pie para una constituyente». Cifuentes y otros expertos advierten que esta propuesta de Petro podría desviar la atención de problemas urgentes como la crisis de orden público, los escándalos de corrupción y la crisis del sector salud.
El presidente Gustavo Petro aún no ha respondido oficialmente a esta oposición conjunta de los expresidentes. La controversia en torno a la propuesta de una Asamblea Constituyente sigue creciendo, generando un debate intenso sobre el futuro de la democracia en Colombia.