La temporada de lluvias ha puesto en alerta máxima a los organismos de socorro en Antioquia, donde de los 125 municipios, 116 están en riesgo de inundaciones y 84 son vulnerables a deslizamientos de tierra. Esta alarmante situación se presenta cuando el fenómeno de La Niña aún no ha mostrado su fuerza total, y ya 104 municipios han reportado afectaciones por las lluvias.
Carlos Ríos, director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran), detalló que las subregiones más afectadas son el norte, occidente, suroeste, oriente y Urabá. «Estamos coordinando con todas las capacidades interinstitucionales, trabajando con educación, agricultura, salud, y brindando ayudas humanitarias y psicosociales a las comunidades afectadas,» afirmó Ríos.
Hasta ahora, 13 municipios se han declarado en estado de calamidad pública debido a los graves daños y la alteración de la vida de sus habitantes. En Amagá, por ejemplo, 70 viviendas han sido dañadas, y las autoridades locales están evaluando si es necesario evacuar a las familias afectadas. «Una vez terminemos el censo y la caracterización, determinaremos si es necesaria la evacuación,» precisó Ríos.

La maquinaria amarilla ha sido desplegada en las áreas más afectadas para reparar vías y jarillones dañados, lo que ha alterado el cauce de los ríos y provocado anegaciones. A pesar de la magnitud de los daños, el departamento aún no ha tenido que solicitar ayuda a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
En la subregión de Urabá, municipios como Chigorodó, Apartadó y Carepa han tenido que suspender actividades escolares debido a las inundaciones, afectando a 180 menores de edad que han quedado desescolarizados, con el riesgo de que el número aumente al finalizar el censo. Además, más de 1.800 hectáreas de cultivos han sido anegadas, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de la región.
«Estamos preparados para enfrentar esta temporada con toda la capacidad operativa disponible, pero necesitamos el apoyo de la comunidad para seguir las recomendaciones de seguridad y evitar tragedias mayores,» concluyó Ríos. La situación exige un esfuerzo conjunto para mitigar los efectos del invierno y proteger a las comunidades vulnerables en todo el departamento.