El Ministerio de Educación de Colombia ha expresado su apoyo a la decisión de 27 colegios privados en Bogotá que han optado por suspender y restringir el uso de teléfonos celulares dentro de sus instalaciones durante la jornada escolar. La medida, que ha generado debate entre expertos y educadores, busca mitigar los efectos negativos que el uso constante de estos dispositivos puede tener en el desarrollo psicosocial y el aprendizaje de los estudiantes.
Óscar Sánchez Jaramillo, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, destacó la importancia de regular el uso de la tecnología en las aulas, reconociendo tanto los beneficios como los posibles perjuicios de los dispositivos electrónicos. “La tecnología puede ser tanto una herramienta valiosa como una distracción, dependiendo de cómo se maneje. Por ello, el ministerio respeta la autonomía de los colegios privados en tomar estas decisiones”, señaló el viceministro.
La posibilidad de extender esta prohibición a los colegios públicos aún se encuentra en discusión. Sánchez indicó que cualquier decisión en este sentido deberá surgir de un proceso de diálogo y concertación que incluya a rectores, docentes, estudiantes y padres de familia en cada comunidad educativa. “Es fundamental que cada colegio evalúe su contexto particular y determine la mejor manera de integrar o restringir el uso de dispositivos electrónicos”, agregó.

En algunos casos, como en las escuelas rurales del país, el celular se ha convertido en un recurso esencial para el acceso a la conectividad y ha facilitado la implementación de prácticas pedagógicas innovadoras. El viceministro enfatizó que, en estas situaciones, el celular representa una oportunidad crucial para la educación, lo que subraya la necesidad de una política flexible que reconozca las variadas realidades educativas a lo largo del país.
Finalmente, Óscar Sánchez hizo una distinción importante entre las instituciones educativas que cuentan con abundantes recursos tecnológicos, como las del grupo Uncoli en Bogotá, y aquellas que no disponen de tales herramientas. “Mientras que los colegios con extensos recursos tecnológicos pueden permitirse restringir los celulares sin afectar la educación de sus estudiantes, otros colegios pueden necesitar adaptar sus políticas de manera diferente”, concluyó el viceministro.
Esta medida continúa siendo un tema de debate nacional sobre cómo equilibrar el uso de la tecnología en la educación y garantizar que contribuya de manera efectiva al desarrollo académico y personal de los estudiantes.