Desde Manizales, el presidente Gustavo Petro anunció que su gobierno presentará un nuevo proyecto de reforma a la salud con mensaje de urgencia al Congreso, en un intento por revivir sus esfuerzos legislativos en este ámbito antes de que concluya la actual legislatura. Esta declaración se produce en un momento crítico, ya que el gobierno busca superar los obstáculos que llevaron al hundimiento de una iniciativa previa en el sector salud.
El presidente expresó su deseo de que el proyecto sea aprobado en comisiones y pase a plenarias antes de que termine el periodo de sesiones. “Nos tocó comenzar de nuevo», admitió Petro, haciendo referencia a la oposición enfrentada, particularmente del senador Iván Name, quien según Petro, ha intentado obstaculizar las reformas del gobierno. «Si la reforma pensional se hunde porque el senador Name llevó hasta el límite de tiempo del Senado, duró un año sin meter el proyecto a discusión de la plenaria, aún puede salvarse si la Cámara se pone pilas», afirmó el mandatario.
El nuevo proyecto de reforma a la salud busca superar las críticas que se levantaron contra la propuesta anterior, que fue liderada por la entonces ministra Carolina Corcho. A pesar de un acuerdo logrado con seis entidades promotoras de salud (EPS) que marcó un avance político, el borrador de la reforma no convenció a los legisladores quienes a finales de marzo firmaron una ponencia de archivo que terminó por hundir la iniciativa.
Los senadores que rechazaron el proyecto anterior han expresado que el nuevo texto «mantiene errores conceptuales que no superan los motivos por los cuales fue archivada». Según ellos, el proyecto «no desarrolla una ruta clara para resolver los desafíos de nuestro sistema de salud, continúa sin tener los estudios técnicos adecuados y representa un riesgo para el derecho fundamental a la salud».
En este contexto, el gobierno enfrenta el desafío de convencer tanto a la oposición como a los críticos dentro de su propio espectro político, de que las modificaciones propuestas son suficientes para garantizar una mejora en el sistema de salud del país. La situación es particularmente tensa dado que cualquier fracaso en este frente podría tener implicaciones significativas para la percepción de la capacidad del gobierno para implementar su agenda legislativa en áreas críticas.