Durante un evento en Santa Marta, el presidente Gustavo Petro expresó su descontento con las prioridades de inversión de gobiernos anteriores, acusando a la «oligarquía colombiana» de tener un «problema mental» por preferir proyectos de infraestructura vial sobre soluciones críticas de acueducto y alcantarillado. En un discurso enérgico, Petro contrastó los costos de los proyectos de vías 4G, que ascienden a 126 billones de pesos, con la inversión necesaria para implementar soluciones completas de agua potable y alcantarillado en todo el país, estimada en 100 billones de pesos.
El mandatario cuestionó las decisiones que han llevado a gastar sumas enormes en autopistas que benefician principalmente a las zonas más ricas del país, mientras que se descuidan aspectos básicos como el acceso al agua potable. Este enfoque, según Petro, ha resultado en valorizaciones de terrenos que benefician a sectores acaudalados, en detrimento de necesidades más fundamentales y urgentes para la mayoría de los colombianos.

Además, Petro destacó la insuficiencia del actual presupuesto para agua potable y saneamiento, que incluso triplicando el presupuesto de la administración anterior a un billón de pesos anuales, tardaría un siglo en cubrir la inversión necesaria para solucionar el problema del agua a nivel nacional. Esta situación, argumenta el presidente, podría perpetuar la violencia y el descontento social, dado que posterga indefinidamente soluciones a problemas básicos y urgentes.
Este discurso refleja la postura del gobierno de Petro, que busca reorientar las políticas y las inversiones hacia proyectos que considera de mayor impacto social y necesidad básica, en contraste con las prioridades de infraestructura de gobiernos anteriores.