La mesa de diálogo entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha entrado en un periodo de incertidumbre tras el anuncio de la suspensión del séptimo ciclo de conversaciones, previsto para iniciar este 12 de abril en Caracas, Venezuela. Este sorpresivo giro en el proceso de paz se atribuye a desacuerdos sobre las propuestas de diálogos regionales en Nariño, las cuales han sido objeto de rechazo repetido por parte del ELN, contrastando con el reciente apoyo manifestado por el presidente durante su visita a Samaniego.
La delegación del ELN, liderada por Pablo Beltrán, expresó su descontento a través de un comunicado, señalando que las acciones del gobierno contradicen el espíritu de transparencia y buena fe necesarios para avanzar en las conversaciones de paz. Según el ELN, el Gobierno ha mantenido un «doble manejo» en el proceso, participando en las negociaciones mientras promueve la desmovilización en la región de Nariño, llevando así las discusiones a un «estado de congelamiento».
Este impasse surge en un momento crucial del proceso de paz, que había visto a las delegaciones del Gobierno y del ELN reunirse en seis ocasiones anteriores en busca de acuerdos para la desmovilización y el cese del conflicto armado que ha afectado a Colombia durante décadas. La delegación gubernamental, encabezada por Vera Grabe e integrada por figuras como el senador Iván Cepeda y monseñor Héctor Fabio Henao, viajó con la esperanza de avanzar hacia una paz duradera.
La suspensión del ciclo de conversaciones resalta las complejidades y desafíos que enfrenta el camino hacia la paz en Colombia, especialmente cuando se intenta conciliar las negociaciones centrales con iniciativas de paz regionales. Ahora, ambas delegaciones se encuentran en Caracas para una reunión extraordinaria que busca aclarar los pasos a seguir, en un esfuerzo por superar este escollo y reanudar el proceso hacia una solución pacífica del conflicto. La comunidad internacional y los ciudadanos colombianos observan atentamente, esperando que este nuevo desafío sea superado mediante el diálogo y la negociación, pilares fundamentales para alcanzar la anhelada paz en el país.