En un movimiento que ha sacudido el sistema de salud colombiano, la Superintendencia Nacional de Salud tomó control de la Nueva EPS, entidad que agrupa a más de 10 millones de afiliados, en un proceso de intervención que ha levantado tanto expectativas como preocupaciones. Este hecho ocurre apenas un día después de que el gobierno hiciera lo propio con la EPS Sanitas, sumando así el control sobre más de 24 millones de afiliados en el país. La decisión marca un precedente en la política de salud del gobierno de Gustavo Petro, evidenciando una estrategia decidida de intervención directa en las entidades prestadoras de salud.
La intervención de la Nueva EPS, una de las más grandes del país con 10.9 millones de afiliados, de los cuales 6,1 millones pertenecen al régimen subsidiado, ha generado un torbellino de especulaciones sobre las razones detrás de esta medida drástica. El superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, será el encargado de esclarecer los motivos que llevaron al gobierno a tomar esta acción sin precedentes.
Este giro en la gestión del sistema de salud llega en un momento en que el gobierno había anunciado cambios significativos dentro de la Nueva EPS, incluyendo la designación de Aldo Cadena como nuevo presidente en reemplazo de José Fernando Cardona, quien lideró la entidad durante 14 años. Esta serie de intervenciones se enmarca dentro de lo que el presidente Petro ha descrito como una medida necesaria para evitar «una quiebra generalizada y la liquidación abrupta en el sistema de salud», afirmando el papel del gobierno como reordenador del sistema.
La controversia no se ha hecho esperar, con sectores de la oposición argumentando que estas intervenciones son parte de una estrategia para implementar la reforma a la salud por otros medios, dado el estancamiento del proyecto en el Congreso. La falta de claridad sobre las razones específicas de la intervención de la Nueva EPS, sumada a las declaraciones del presidente Petro sobre el descubrimiento de una «falsa contabilidad» y el manejo inadecuado de 6 billones de pesos destinados a la atención en salud, ponen de relieve las profundas problemáticas que enfrenta el sistema de salud colombiano.
Este conjunto de acciones destaca la urgencia y la complejidad de reformar un sistema plagado de desafíos, desde la financiación hasta la prestación de servicios de salud. La intervención a la Nueva EPS y a Sanitas refleja un punto de inflexión en la manera como el gobierno actual busca garantizar el derecho a la salud, anticipando posibles cambios estructurales en el horizonte del sistema de salud en Colombia. A medida que se desvelen más detalles y se clarifiquen las implicaciones de estas intervenciones, el debate sobre el futuro de la salud en Colombia seguramente se intensificará, marcando el inicio de una nueva era en la gestión de la salud pública en el país.
